Esa pizquita de azúcar

Y me di cuenta de que la vida me volvía a sonreír, que me daba otra oportunidad y pensar que esta ya no la podía desaprovechar porque ya no tendría más. Levantarme cada mañana con una sonrisa puesta. Tener ansias de hacer cosas nuevas, explorar, descubrir algo, incluso a mi misma. Estar con esas personas especiales conmigo, poder compartir mis alegrías y mis penas con ellos...

Y de pronto, sin más, se esfuman todos esos motivos que tenía para sonreír y ser feliz. Mis ganas de hacer cosas se volvieron invisibles, parecía como si otra vez todo se volvía en mi contra. Y así fue. ¿Mis seres queridos? Parecía que se los hubiera tragado la tierra, entonces quedé yo, sola, con la tristeza más grande que pudiese haber tenido nunca. Con lágrimas surcándome la cara hasta llegar a la boca, y me supiese a sal. Así definiría ahora mismo mi vida. Salada. No hay nada dulce en ella. No, salada no, agria, parece que alguien le hubiese echado vinagre. Y me hace falta esa pizquita de azúcar para poder ser feliz, solo unos cuantos granitos, pero necesito que alguien me ayude. ¿Quién?
Toda mi vida será agria, y siempre me faltará esos granitos de azúcar que nadie me supo dar.
Saffo~